Proyecto Sims #1: Kashia Rosetti

30 de junio de 2014


Cómo bien he explicado en la página de esta sección es el proyecto que tengo entre manos para que la inspiración me pille trabajando y no espere a que venga porque en ese caso nunca la encontraré. No sé cómo saldrá la idea ni si es una tontería pero no estaría mal que leyeseis la página, me digáis que os parece y si os apetece me ayudéis. Y ahora os dejo el relato que he hecho a raíz del Sim que hice ayer. Aquí solo cuenta el Sim, no el fondo ya que es el primero, pero en otros contará también el fondo, es decir, en el lugar en el que se encuentre. Y ahora ya dejo d irme por las ramas.

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Todo estaba preparado, cada mesa, cada ventana, cada lugar del gran salón. Faltaban pocas horas para el baile y poco a poco, a modo de cuentagotas, los coches escupían lujosas damas y elegantes caballeros. Habían oído hablar de la anfitriona del baile. Cómo no oír grandezas sobre Kashia Rosetti. Todo estaba engalanado para celebrar el cumpleaños de la misteriosa dama. Se decía que muy pocos la habían visto y muchos menos conocido. Las lenguas decían que por allá donde pisara el mundo se arrodillaba a sus pies.

Si les hubiesen preguntado en una fiesta de una anfitriona que conociesen responderían que iban por la comida y sólo por ella, pero en esa ocasión todo era distinto. Iban sólo por la curiosidad de ver a la mujer escondida tras los rumores. Las damas para asegurarse que su belleza no era tanta y estudiar a aquella rival con aire de fantasma. Los hombres para admirarla y contemplar lo que ellos denominaban una mujer única, rica y hermosa. Una mujer que parecía tenerlo todo.

El reloj daba a golpes los minutos y la espera se hacía larga. La música resonaba con armonía por el enorme y lujoso salón. Algunas parejas bailaban bajo la luz de la gran lámpara de araña que colgaba del techo. Algunos comían todo tipo de aperitivos dispuestos en las largas y blancas mesas de los laterales del salón. Bebían un poco, manteniéndose con la mente clara para conocer a la mujer que estaban seguros aguardaba tras la puerta al final de las grandes escaleras que conducían a aquel lugar. Todos sin excepción charlaban sobre cómo podía ser ella.

Y la espera termino. Un alto y escuálido mayordomo abrió la gran puerta, oscura y llena de detalles que mostraban la riqueza de la mansión. Anunció a la mujer y cuando apareció, todos, hombres y mujeres, quedaron estupefactos porque los rumores no eran ciertos. La belleza no era tal, era mucha más, tenía una hermosura espectral.

El cabello pelirrojo se mezclaba con mechas negras y sus labios rojos hacían destacar su pálida piel. Y sus ojos, todos los contemplaban maravillados, hipnotizados y embelesados. Eran dorados, de un dorado brillante y rodeado por ojos definidos en negro. Su porte era de quien lo tiene todo. Sonreía con orgullo y miraba a sus invitados con aires de superioridad.

Si alguien se hubiera molestado en mirar a los lados hubiera advertido que todas las puertas estaban cerradas y custodiadas por pálidos guardias. También hubiera visto que no llevaban armas pero que miraban a la gente con la misma superioridad que su señora. La gran puerta se cerró y todo quedó a oscuras. La luz de la lámpara se apagó y todo quedo en silencio.

La sala comenzó a iluminarse con la tenue luz de las velas. Vieron a Kashia bajar lentamente por las escaleras acercándose a los invitados que la miraban hipnotizados. Los acariciaba como si fueran mascotas y se reía de ellos. Parecía disfrutar jugando con el deseo de aquellos humanos. Cuando veía a una mujer la empujaba levemente y le susurraba al oído animándola a revelarse contra sus maridos.

 Jugaba con los hombres con profundo desprecio. Todos estaban en un trance que les impedía querer escapar, ver más allá de los salvajes ojos de la dama. En un momento dado Kashia abrió la boca y sus perfectos y blancos dientes se transformaron en una hilera que era interrumpida por dos afilados caninos en la parte superior y en la parte inferior. Se acercó a un joven de piel bronceada y con sus manos le sujeto la cara clavandole sus uñas. Le hizo sangre y acto seguido inclino al joven hacia la derecha. Con una rapidez antinatural clavó sus dientes y absorbió cada gota de sangre de las venas del joven.

Todos parecieron salir de la hipnosis cuando cayó el cuerpo inerte del joven. Unos gritaron y otros corrieron. Kashia camino con parsimonia entre ellos, sin pestañear ante el caos. Fue tocando a varios con las manos manchadas de sangre. Algunos guardias los agarraron y se los llevaron. Muchas mujeres perfectas para ser transformadas para el servicio y algunos hombres para renovar la guardia. Los que quedaron, que eran más de la mitad, fueron saboreados por los guardias y los mejores ejemplares humanos fueron devorados por la hermosa vampiresa, Kashia Rosetti seguía siendo la mujer más misteriosa de la sociedad. Nadie supo jamás que ocurría en aquel salón en cada fiesta. Muchos entraban, nadie salía y a nadie le extrañaba. La ciudad estaba bajo el embrujo de Rosetti, del que parecía ser que nadie podía librarse.